El Triángulo

El triángulo es un instrumento de percusión que pertenece al grupo de instrumentos idiófonos. Está formado por una barra de metal cilíndrica doblada en forma de triángulo que, al golpearla con una varilla de metal, emite un sonido agudo, sonoro y de altura indefinida. 

El Triángulo


Este instrumento se utiliza especialmente en música clásica y forma parte del grupo de instrumentos de percusión sinfónica. La mayoría de los triángulos tienen un tamaño de entre 10 a 25 centímetros, siendo el más común el de 17 cm.

En este artículo aprenderás los aspectos más importantes del triángulo; su clasificación en la família de los instrumentos de percusión, cómo se toca correctamente, sus partes y un poco de su historia.

¿Qué es el triángulo?

El triángulo es un instrumento de percusión perteneciente al grupo de los idiófonos percutidos. Los idiófonos son todos aquellos instrumentos en los que el propio cuerpo del instrumento ejerce de materia resonadora. Esto significa que el sonido es generado a través de la vibración de su cuerpo, sin uso de cuerdas, membranas o columnas de aire.  

Además, los instrumentos idiófonos también pueden clasificarse dependiendo de cómo se generen estas vibraciones. En el caso del triángulo, para que la estructura metálica vibre emitiendo su sonido característico, tiene que golpearse con otra varilla metálica. Cuando esto ocurre se clasifican en el grupo de instrumentos percutidos o golpeados

La forma del triángulo es la misma que su nombre indica y está formada por una barra de metal, generalmente de acero o latón, y de perfil cilíndrico. La forma triangular es de tipo equilátero, es decir, todos sus costados miden lo mismo. También es importante fijarse en que siempre va a hay un vértice abierto. Esto evita que el instrumento tenga un tono específico y hace que se generen tonos más brillantes y etéreos.

Aunque el pequeño tamaño de este instrumento puede hacer creer lo contrario, posee una gran sonoridad que permite que un solo triángulo pueda ser escuchado encima del resto de instrumentos de la orquesta sinfónica.

El tamaño del triángulo varía de los 10 a los 25 centímetros. En la orquesta y las bandas de concierto suelen ir de 15 a 22 cm. El tamaño escogido es responsabilidad del percusionista y de la sonoridad que necesite para interpretar cada obra en particular. 

Partes del triángulo

La mayoría de triángulos disponen de un gancho o pequeña correa (a veces es simplemente un hilo) por donde sujetar el triángulo. Si no existe puede sujetarse apoyándose en el dedo índice.

Partes del triángulo

El área de golpeo principal es la barra del triángulo que queda en la parte inferior del triángulo equilátero. Las barras laterales también se utilizan para otras técnicas de golpeo.

¿Cómo se toca el triángulo?

Por la simpleza de su forma puede parecer que el triángulo es un instrumento que no requiere ninguna técnica ni conocimiento previo. Sin embargo, existen obras en la música clásica que tienen partes donde tocar este instrumento puede ser muy exigente. 

El triángulo debe sostenerse con la mano más débil. Es decir, si somos diestros lo sujetaremos con la izquierda y viceversa. Si dispone de correa la agarraremos con el dedo índice y pulgar y sino utilizaremos nuestro dedo índice a modo de gancho para colgar de él el triángulo 

Agarre del triángulo

El resto de dedos tienen que quedar libres para amortiguar el triángulo y apagar el sonido si es necesario. 

Es importante sostener el instrumento en alto, aproximadamente a la altura de los ojos, para una mejor proyección del sonido. 

Con la otra mano agarramos la varilla para percutir de arriba a abajo la barra horizontal del triángulo. También pueden golpearse las barras laterales. Una técnica muy utilizada es la de mover muy rápidamente la varilla hacia adelante y hacia atrás en la esquina superior, haciéndola rebotar entre los dos lados.

Para ritmos incluso más rápidos también puede tocarse con la ayuda de un soporte que suspenda el triángulo en el aire y de esta forma tener las dos manos libres para percutir el instrumento.

Historia del triángulo

El triángulo ya se utilizaba en la época del imperio Otomano en su famosa música militar jenízara. También se sabe que en algunos triángulos era común colgar anillos para proporcionar un sonido adicional al golpear el instrumento, que no tenían una esquina abierta y que su forma era de triángulo isósceles.

Un triángulo con anillos en una pintura de Pieter Lastman, 1614

Otros triángulos más parecidos a los actuales, también con un vértice abierto, tenían una ornamentación adicional en este extremo abierto y se decoraban las barras con patrones de pergamino.

Con el tiempo, se introdujo este instrumento en el repertorio de orquesta clásica en los siglos XVIII, XIX y XX con la finalidad de añadir color al sonido. Se dice que el triángulo es uno de los primeros instrumentos de percusión puramente metálicos en entrar en la orquesta moderna. En 1853 fue elevado al rango de instrumento solista sinfónico por Liszt en su Concierto para piano en Mi bemol.